GRAMA, ARBA, EL SOTO Y JARAMA VIVO no quieren dejar pasar la ocasión para mostrar su alegría por la dimisión de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Los 9 años de Esperanza Aguirre al frente del Gobierno Regional de la Comunidad han sido, desde el punto de vista ambiental y social, los más nefastos que ha tenido la Región de Madrid en las últimas décadas. Sus gobiernos han supuesto una modificación sustancial de toda la normativa ambiental anterior para ponerla al servicio de los negocios especulativos que han proliferado en la Región. Hoy es un día de esperanza, sin Esperanza.
Esperanza Aguirre llega al Gobierno Regional en 2003 aupada al poder con el famoso Tamayazo. Desde entonces ha sido la máxima responsable en la Comunidad de Madrid de las medidas especulativas (con sucesivas modificaciones de la Ley del Suelo) que beneficiaron a la burbuja inmobiliaria (y por ende a constructoras y sector financiero) y que generaron una modificación sin precedentes de la ordenación territorial de la Región, así como episodios de corrupción política a todos los niveles. Actualmente está previsto aprobar la última de esas modificaciones, con la llamada Ley VIRUS (Viviendas Rurales Sostenibles), que permitirá construcciones en cualquier terreno rústico.
Los gobiernos de Esperanza Aguirre no ha dudado en contravenir las leyes si eso hacía falta para llevar a cabo sus proyectos, como en la conocida construcción de la M-501, en la que se falseó todo lo falseable y se saltó toda la legislación que hizo falta. Tampoco ha dudado en hacer modificación de leyes "a medida", tal como ocurrió para la construcción de los campos de golf del Encín, en Alcalá de Henares.
Sus políticas no han ocultado el favorecimiento a intereses privados por encima del bien público. EuroVegas quizás sea el mayor paradigma de ello, junto con el desmantelamiento de la sanidad y la educación públicas (entre otros servicios públicos).
Merece igualmente reseñar el desmantelamiento de la Red de Centros de Educación Ambiental, los recortes en los servicios de extinción de incendios o la persecución a la que se han visto abocados el cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid desde hace varios años.
Medidas de un calado hondamente autoritario, como la eliminación de todos los órganos de participación pública en materia ambiental o la trasformación del Consejo de Medio Ambiente en un órgano carente de atribuciones y que, por cierto, no se reúne desde hace más de dos años. Participación y democracia son sinónimos de crítica y esto ha conseguido Esperanza Aguirre cortarlo de raíz.
Durante sus mandatos se han aprobado reglamentos que han supuesto una mayor desprotección de las zonas protegidas de la Región, como el Plan de Ordenación del Parque Nacional de Guadarrama, el Plan Rector del Parque del Sureste, los Planes de Gestión de los LICs del medio Jarama, de los encinares del río Cofio y Alberche, etc.
La lista de despropósitos ambientales podría ser interminable (pretensión de privatizar del Canal de Isabel II, gestión mercantilista de la institución; fomento del negocio del golf; descontrol en la caza; ausencia de planes de recuperación de especies; construcción de infraestructuras de transporte de escaso beneficio social...).
A pesar de la alegría inicial, la noticia hay que tomarla con cierta cautela. Su sucesor, Ignacio González ha sido su mano derecha durante estos años y prácticamente está asegurada una continuidad en la trayectoria ambiental y social del próximo gobierno de la Comunidad de Madrid. No obstante, hoy es un día para celebrar.
Madrid, 17 de septiembre de 2012
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